Hasta ahora el centro de su actividad se genera en el muelle de Chacachacare, municipio Tubores. Lo paradójico es que la mayor parte de la flota pargo-mero, constituida por 480 embarcaciones, es macanagüera.
A pesar de aportar la mayor parte de barcos y marinos dentro de la flota de altura, paradójicamente la Península de Macanao aún depende de otros puertos-base para su funcionamiento, como es el caso del “cordón umbilical” existente entre los macanagüeros y el muelle de Chacachacare, municipio Tubores.
En este muelle tuborense es donde se aprovisionan de alimentos, hielo y combustible, antes de salir a las campañas de pesca en aguas internacionales y sitios más cercanos como Los Frailes, Los Testigos y Los Morros. Cerca de este epicentro marino están también los varaderos o astilleros.
José Vicente Lárez, un marino nacido en Boca de Pozo, piensa que desde ya debería ir pensándose en tener un puerto-base propio en la Península de Macanao, pero, ¿quién lo hace?, se preguntó.
Son de Macanao
La flota pargo-mero está constituida por 480 embarcaciones. A la hora de contabilizar sus propietarios, marinos y capitanes, el balance se inclina hacia la Península, porque la mayoría proviene de esa zona. Entre las poblaciones con mayor cantidad de pescadores que integran la flota está Boca de Pozo.
Aun cuando para el resto de los insulares Macanao es toda la península, cuando se pasa el puente de La Restinga y se llega a Boca del Río, preguntar por un nativo de Boca de Pozo es sinónimo de un oriundo de Macanao, porque al pueblo de Boca de Pozo lo llaman “Macanao”.
Experiencia en barcos
Felipe José Narváez Marín, de 38 años, quien es de Boca de Pozo, es el capitán de la embarcación “Yate I”, propiedad de Juan Ramón Vásquez e Hipólito Vásquez.
-Comencé por aquí cerca, viajando hacia las costas de Paria, Los Testigos, Los Morros y Los Frailes. Luego nos fuimos a las Guayanas, dijo.
Una embarcación de altura puede llevar hasta 17 marinos. Acostumbran pescar con alambre y nailon (anzuelos). Sacan pargo, meros y cunaros, entre otras especies. Los beneficios de la campaña de pesca los distribuyen entre la tripulación, el capitán y el propietario del barco. Eso se hace con el reparto de las “partes”, una vez que se sacan los gastos.
-Todo depende del producto. Recuerde que la pesca es una aventura. No es un trabajo que pueda darnos siempre. A veces se consigue y otras no. Claro, siempre se consigue cualquier cosa, cuando uno sale va con la esperanza de hacer las mejores capturas, dijo.
“Comienzas a dar vueltas a ver dónde consigues la buena pesca. Hay sitios que ya uno conoce, pero todo dependerá de cómo estén los tiempos”, agregó.
Planta de hielo
Marinos de Macanao critican que en la península hicieron una planta de hielo que no trabaja aún, por lo tanto, a los ojos del sector pesquero de esa localidad aún la planta no justifica su existencia y menos la inversión que se ha hecho para construirla. Debería estar operativa, coincidieron varios.
Pesca artesanal
Aparte de la gran flota pargo-mero en la Península de Macanao hay comunidades pesqueras de faenas más costeras y cercanas en Boca de Río (capital del municipio), Guayacancito, El Horcón, El Manglillo, Boca Chica, Punta Arenas, Boca de Pozo, Guamachito, Robledal, Güiriguire, La Pared, El Tunal, Arenitas, El Saco y El Maguey.
Las artes de pesca más comunes son cordel, ballestilla, filete (fondero y abollador), mandinga playero, atarraya, curricán, palangre, nasas, cerco jurelero, filete rayero, bolso, cerco sardinero, rastra palangre derivante, explican en el libro “Actividad Pesquera en el estado Nueva Esparta”, de Juan Luis Marval y Fernando Cervigón.
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