La última gran lluvia de estrellas que se
podrá ver en los próximos 15 años ha respondido a las expectativas con momentos de gran intensidad, en
los que se ha observado la caída de un meteoro cada minuto.
Alejandro Sánchez, del departamento
de Astrofísica de la Universidad Complutense, ha indicado que la actividad de
esta lluvia de estrellas Dracónidas ha
sido bastante alta. Ha habido rachas
de hasta tres o cuatro estrellas fugaces por minuto en los momentos de mayor
intensidad de la tormenta, aunque ya hacia las 23:30 horas la intensidad
había bajado.
Esta "tormenta
perfecta" es la última gran lluvia de estrellas que se producirá en los
próximos 15 años, por lo que es una gran ocasión para que los científicos afinen su modelos de predicción
de lluvias de estrellas, algo de gran utilidad para prevenir los daños
que el impacto de estos meteoros causan en los satélites que hay en el espacio.
Alejandro Sánchez ha
explicado que esta es la lluvia de estrellas más importante desde 2002, por lo
que puede ser considerado un "evento extraordinario". En esta ocasión
la lluvia se ha producido al cruzarse la órbita de la Tierra con la nubes de
partículas que dejó el cometa 21P/Giacobini-Zinner entre finales del siglo XIX
y principios del XX.
Aunque existen otras lluvias
de estrellas cíclicas, cada dos ó siete años, la de las dracónidas tiene una actividad mucho mayor que otras,
como las perseidas. Esta última tiene una actividad de cien meteoros a
la hora, mientras que en el caso de la de esta noche es seis veces mayor,
aproximadamente de un meteoro cada minuto.
Alejandro Sánchez ha
señalado que la lluvia de estrellas de hoy es muy espectacular y habría que
remontarse a 1999, cuando se produjo la de las leónidas, para ver otra mayor.
Mayor intensidad
La comunidad científica no
ha dejado pasar por alto esta ocasión y en otros puntos de la geografía
española también se han hecho observaciones de este fenómeno. Jaime Zamorano es
uno de los que lo ha seguido desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía en
Sierra Nevada, alrededor del cual se han instalado pequeñas cámaras para
obtener datos.
Jaime Zamorano ha explicado
que, aunque todas las noches se pueden observar la caída de meteoros, lo que
hace diferente al fenómeno es su mayor intensidad, debida al cruce de la órbita
de la Tierra con las nubes de partículas que dejó un cometa.
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