Don Omar - Taboo

11 de junio de 2012

Buscan evitar inundaciones en el sector Cocheima



La Gobernación y el Min-Defensa han invertido en obras hidráulicas, pero la programación debe continuar. Ya elaboraron el Plan de Manejo de la cuenca del río El Toro y ahora se continúa con río Caracas.

En el diseño del Plan de Ordenamiento y manejo de la cuenca del río Caracas, municipio Arismendi, el cruce de Cocheima es un punto capital. No es misión imposible evitar que se inunde y con ello “aísle” a varios municipios. El ingeniero hidráulico Alfredo Carrillo asegura que el proyecto se elabora de manera de evitar nefastas consecuencias a futuro. En esta intersección convergen las aguas que vienen de Matasiete, Salamanca, los Atamos, Guayabal, la Sierra, Las Huertas y hasta del Portachuelo. “El proyecto incluye la colocación de unos cajones que conduzcan las aguas de lluvia y un puente de dimensión adecuada”, explicó. Ha quedado demostrado que el sistema de drenaje que se instaló, cuando se hizo el cruce con la avenida “Luisa Cáceres de Arismendi”, es insuficiente.

Carrillo destaca la participación de los consejos comunales y autoridades de Arismendi, alrededor del río Caracas. El objetivo es diseñar un Plan para su manejo y ordenación, como se hizo con el río El Toro, donde el trabajo debe continuar. Es impostergable, dijo.

Cauces colmatados

Alfredo Carrillo recuerda que el diagnóstico que se hizo en Margarita, tras el desastre por las lluvias del 2010, determinó que la mayoría de los cauces de ríos y quebradas estaban sedimentados, colmatados, llenos de basura y de vegetación. Era obvio que no había política de mantenimiento y eso hizo que las aguas se “explayaran” por todas las planicies e inundaran su alrededor.

Si hubiese habido un Plan de Contingencia adecuado quizás fueran distintas las consecuencias, opinó el autor de plan de contingencia del estado Apure.

-¿Ese plan incluye los “mapas de riesgo”?

-Eso es uno de los trabajos más importantes de un Plan de Contingencia. Conocer con precisión cuáles son las áreas más vulnerables. Ya hicimos uno para el río de El Valle.

Está convencido que si se hubiera actuado adecuadamente tras la vaguada de 1999, en 2010 no hubiera ocurrido lo que ocurrió.

Desde su perspectiva observa que en la Isla se puede trabajar con más facilidad, porque a diferencia de regiones como Apure en donde los ríos son extensos, en Margarita son muy cortos. Quizás los de mayor longitud sean los río El Toro (que atraviesa los municipio Gómez y Marcano) y Caracas (municipio Arismendi). “Como son tan cortos las corrientes son más fáciles de manejar, justo con tenemos precipitaciones de alta intensidad. Son controlables”, explica Carrillo.

La gente despertó

Una de las cosas positivas que observa ante los últimos eventos que afectaron la región, es que la gente “despertó”. La Gobernación ha invertido y también el Ministerio de la Defensa. Ha sido además clave el impulso por parte del legislador José Ramón Díaz.

“Como siempre se decía que en Margarita nunca llueve, no se tomaban las previsiones, se hacían pequeños puentes y un sistema de drenaje deficiente”, dijo.

Queda claro ahora que no sólo hay que destinar recursos a obras de infraestructura hidráulica y mantenimiento de las existentes, sino además “blindar” normativas en los municipios para evitar construcciones en zonas de riesgo. Todo esto está vinculado, además, con la necesidad de actualizar el Plan de Ordenación del Territorio para que se haga Ley. Eso no se puede postergar más, porque se elaboran los proyectos y cuando vas a hacer las obras hay ocupaciones del espacio. La idea es minimizar riesgos a futuro, con base a la planificación, indica.

-Nadie puede precisar cuál es el período de retorno de estos fenómenos naturales. Puede ser de 50 a 100 años o menos. No se sabe… ¿y si se repiten? Ni se puede sobredimensionar las obras, ni tampoco permanecer al margen, acota.

Son necesarias las áreas de reserva de los cauces y de protección alrededor de ríos y quebradas. “La diferencia entre un desastre y un evento natural es justamente adoptar las medidas de prevención. Un evento natural extraordinario se convierte en desastre cuando no son tomadas a tiempo las medidas necesarias”, señaló.

El trabajo coordinado de las instituciones es igualmente importante, porque todos están involucrados al igual que los consejos comunales. Aparte de las inversiones en varios períodos, debe incluirse el plan de mantenimiento, porque de lo contrario en diez años vuelve el mismo problema. “El trabajo se ha comenzado con la rectificación de cauces y construcción de puentes. Eso debe seguir”, dijo.

Perfil

Alfredo Carrillo es ingeniero Agrónomo egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 1989, con especialización en Ingeniería Hidráulica en la Universidad de Los Andes (ULA) en 1992 y posteriores estudios de Postgrado en Tokio, Japón, sobre Canales y Ríos (1994). Reside en la isla de Margarita desde hace 12 años, tras vivirse la lamentable tragedia de Vargas (1999), donde participó como Coordinador de la Comisión de Misiones Extranjeras, ante el desastre por los deslaves.

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