Los italianos ofrecieron el lunes un mensaje muy claro de por dónde irán a partir de ahora los tiros de la política. La segunda vuelta de las elecciones municipales certificó el derrumbe del Pueblo de la Libertad (PDL) y la Liga Norte, los dos partidos que sostuvieron el último gobierno de Silvio Berlusconi, avisó a la izquierda de los beneficios de concurrir unida y certificó que el Movimiento 5 Estrellas del cómico Beppe Grillo ha venido para quedarse. Si hoy se celebraran elecciones generales, las listas ciudadanas obtendrían un 12% de los sufragios, alrededor de 75 diputados.
Pero las generales no son ahora, sino dentro de un año justo, y Beppe Grillo y su ejército de gente corriente —profesores, informáticos, estudiantes, parados— y joven —38,5 años de media frente a los 59 de los políticos tradicionales, La Casta más vieja de Europa— conecta cada día más con una población tan desilusionada de la política tradicional y sus corruptelas que protagonizaron un abstencionismo récord: solo el 51,4% de los electores ejerció su derecho.Beppe Grillo, cuyo ascenso fue demonizado hasta por el presidente de la República, Giorgio Napolitano, se muestra exultante. Su candidato en Parma (Emilia-Romaña), Federico Pizzarotti, un informático de 39 años, arrasó con un 60,2% de los votos y se convertirá en el acalde más joven de la historia de la ciudad. “¡Gracias a todos!”, clamó Grillo a través de Facebook y Twitter, sus principales y económicas herramientas de campaña. “Hemos tomado Stalingrado, es decir Parma. Ahora vamos a Berlín”. De hechuras más tranquilas, Pizzarotti, el virtual alcalde de Parma, se limitó a dejar constancia del momento histórico: “No somos antipolítica. Ahora somos nueva política”.
La senda de una nueva política que, de buena gana o a regañadientes, tendrán que seguir todos. Porque los resultados de la segunda vuelta de las municipales son tan claros que los analistas coinciden. Derrota rotunda del PDL, el partido de Berlusconi, derrumbe de la Liga Norte, hundida en la corrupción, avance del centroizquierda e irrupción de Grillo con su Stalingrado particular. En la portada de La Repubblica, Massimo Giannini, titula su columna: “Otro país”. Y explica: “Italia cambia de color. Del fin de semana electoral, manchado de la sangre inocente de Brindisi y del terremoto devastador de Ferrara, nace una nueva geografía política (…). Hasta ayer, entre los ayuntamientos con más de 15 mil habitantes, el centroderecha administraba 98, el centroizquierda, 56. Desde hoy es al revés: el centroizquierda gobierna 95 ciudades, el centroderecha solo 34”.
En la portada del Corriere della Sera, Massimo Franco, enfatiza que las urnas han dado “el último aviso” a La Casta certificandodo la fractura de “la Segunda República del centroderecha”, aquella urdida entre oscuros intereses por Silvio Berlusconi y el xenófobo Umberto Bossi. Por su parte, la edición digital de Il Fatto Quotidiano, hace hincapié en el triunfo del Movimiento Cinco Estrellas en Parma y en otro dato a tener muy en cuenta: “Un italiano de cada dos eligió no votar”.
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