Habitantes de diferentes comunidades cercanas a la avenida Juan Bautista Arismendi apoyan la colocación provisional de esos instrumentos mientras solucionan de manera definitiva el problema. Este jueves se reúnen con autoridades.
Las soluciones provisionales pueden ser positivas. Así piensan las tres mil familias que apoyan la colocación de los reductores de velocidad en la avenida Juan Bautista Arismendi.
Representantes de los consejos comunales se reunirán este viernes con voceros del sindicato de transporte público y Gobernación del estado Nueva Esparta, con el fin entablar negociaciones y definir un plan de acción adecuado a los involucrados. Pese a que transportistas y conductores en general rechazan los reductores de velocidad alegando que causan grandes retrasos y congestión vehicular en esa avenida.
Dasiba de Brito, representante de la comunidad, indicó que las familias que habitan estos sectores se muestran agradecidas por la colocación de esos instrumentos de prevención, pero esperan una pronta y definitiva solución al problema pues esta funcionará hasta que la gobernación tome cartas en el asunto.
“Queremos que la colectividad entienda que los reductores no serán permanentes y apelamos a su humanidad para que se ponga en nuestra situación”.
Sikiu Solórzano, habitante de Macho Muerto Suroeste, comentó que este jueves se reunirán con representantes del transporte público y de la gobernación para adoptar una alternativa definitiva.
“Las posibilidades que toman más fuerza son una pasarela o la construcción de un túnel subterráneo, que estarán vigilados con cámaras de seguridad y funcionarios policiales”.
Solórzano acotó que el apoyo de varios organismos públicos es positivo, pero es hora de un acuerdo real y factible con la gobernación.
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