Las notables diferencias
entre las dos caras de la Luna
han desconcertado a los científicos desde hace mucho tiempo. El lado cercano es
relativamente bajo y plano, mientras que la topografía de la cara oculta es
alta y montañosa, con una corteza más gruesa. Para Erik Asphaug, uno de los
autores de la investigación, estas tierras altas pueden ser los restos
sólidos de la colisión de la Luna
con su pequeña compañera.
Los científicos consideran
que la luna compañera fue atrapada incialmente por la Luna , compartiendo órbita con
ella, pero en un determinado momento se desestabilizó y ambas chocaron. ¿Cómo
se produjo ese choque? Para reproducirlo, los investigadores realizaron una
serie de simulaciones computacionales del impacto, donde pudieron estudiar su
dinámica y seguir la evolución y la distribución del material lunar.
Colisión a baja velocidad
Los científicos creen que la
colisión se produjo a baja velocidad, de forma que el impacto no formó un
cráter, sino que arrastró la mayoría de los materiales afectados y los acumuló
como una gruesa capa de residuos sólidos, formando las tierras altas de la cara
alejada de la Luna. Al
mismo tiempo, desplazó el océano de magma bajo la superficie selenita
hacia el hemisferio opuesto, lo que supone una explicación para la
concentración de potasio, elementos de tierras raras y fósforo en su
lado más cercano.
Otras teorías han intentado
dar sentido al enigma de las dos caras diferentes de la Luna , como, por ejemplo, por
causa de las fuerzas de marea. «El hecho de que el lado cercano de la Luna sea tan diferente al
lejano ha sido una incógnita desde los inicios de la era espacial, quizás el
segundo misterio después del origen de la propia Luna», afirma Francis
Nimmo, investigador de la
Universidad de California. Por ahora, no hay suficientes
datos para saber qué teoría está en lo cierto. En la medida en que las sondas y
artefactos humanos enviados al espacio proporcionen más y más información, descubrirlo
será una cuestión de tiempo.
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