
"La tormenta magnética
que pronto se desarrollará probablemente esté en el nivel de moderado a
alto", ha asegurado un científico del Centro de Pronósticos del Clima
Espacial (NOAA), Joseph Kunches. Según explica, las tormentas solares ocurridas
la pasada semana podrían afectar las comunicaciones y los Sistemas de
Posicionamiento Global (GPS) y hasta serían capaces de generar una aurora
boreal visible en una parte de Estados Unidos.
Las grandes interrupciones
por actividad solar son inusuales pero sus impactos han sido graves en el
pasado. En 1989, una tormenta solar causó la caída del sistema eléctrico de
Quebec, Canadá, dejando sin energía por varias horas a unos seis millones de personas. La
mayor tormenta solar registrada fue en 1859, cuando la infraestructura de
comunicaciones estaba limitada a los telégrafos. La tormenta afectó a
oficinas del telégrafos en todo el mundo y generó una aurora gigante que se
hizo visible hasta en las islas del mar Caribe. Algunos operadores del
telégrafo informaron de golpes eléctricos. El papel se prendió fuego. Y
muchos sistemas telegráficos continuaron enviando y recibiendo señales aún
cuando los operadores habían desconectado las baterías, ha comentado la NOAA en su portal de
internet.
Costes millonarios
Una tormenta de similar
tamaño en la actualidad podría costar hasta 2 billones de dólares en daños
en todo el mundo, según un informe del 2008. "No creo que las tormentas
solares de esta semana lleguen a eso. Será dos o tres de cinco en la Escala del Clima Espacial
de la NOAA ",
ha explicado Kunches.
La primera de las tres
explosiones solares de la semana pasada dejó atrás la Tierra sin causar casi impacto
el jueves, ha asegurado Kunches, y ha señalado que la segunda estaba pasando el
planeta durante el fin de semana y "parecía más fuerte". Sobre la
tercera ha comentado: "Tendremos que ver qué sucede en los próximos días. Podría
exacerbar la alteración del campo magnético de la Tierracausada por la
segunda tormenta o no suceder nada".
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