Los resultados mostraron que
el rey Tutankamón pertenecía a un grupo genético conocido haplogrupo
R1b1a2, al que pertenecen más de la mitad de los varones de Europa
occidental, lo que indica que comparten un ancestro común. Entre los
egipcios de hoy en día este perfil es inferior al 1%.
«Fue muy interesante
descubrir que (Tutankamón) pertenecía a un grupo genético que existe en Europa.
Había muchos posibles grupos en Egipto a los que el ADN podría haber
pertenecido», afirma Roman Scholz, director del centro iGENEA.
Un antepasado del Cáucaso
Los científicos creen que el
ancestro común vivía en el Cáucaso hace unos 9.500 años. El investigador estima
que la primera migración del haplogrupo R1b1a2 en Europa comenzó con la
expansión de la agricultura en el año 7.000 a .C. Sin embargo, los genetistas no
están seguros de cómo el linaje paterno de Tutankamón vino a Egipto desde su
región de origen.
El centro está utilizando
ahora pruebas de ADN para buscar a los parientes vivos más cercanos de Tutankamón. «La
oferta solo lleva tres días, pero ya hemos visto mucho interés», asegura Scholz.
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