El satélite Swift de
la NASA ha
registrado una de las explosiones más impresionantes y violentas observadas
jamás en el Universo. El estallido de rayos gamma ocurrió en el corazón de una
pequeña galaxia lejana, situada en la constelación del Dragón, a
3.800 millones de años luz.
El causante, según un equipo
de investigadores que publican su trabajo en la revista Science, es un
agujero negro masivo que ha destrozado una estrella cercana. «Disparó» un
rayo de energía tan poderoso que incluso ha podido ser detectado desde la Tierra. La emisión duró
mucho más que cualquier otro fenómeno similar observado antes y fue
aproximadamente cien veces más brillante que cualquier galaxia activa
conocida.
Según explican los
astrónomos de la Universidad de Warwick (Reino Unido), responsables
de la investigación, la poderosa emisión de rayos X y rayos gamma (llamada GRB,
por las siglas en inglés de Gamma Ray Burst) se mantuvo a un nivel
extremadamente brillante una semana después de producirse. Incluso se
observaron destellos fulgurantes, provocados por los trozos de la pobre
estrella devorada que caían sin remedio en el interior del agujero negro.
Final de la
destrucción de la estrella
El brillo extremo de este
evento -conocido ahora como 1644 Sw 57-viene del hecho de que iluminó solo una
pequeña parte del cielo,apuntando con un chorro de luz hacia la Vía Láctea , por lo que
se ha detectado en la Tierra
3.800 millones de años después de que la estrella fuera aniquilada. «A pesar de
su enorme poder, solo hemos sido capaces de ver este cataclismo porque nuestro
Sistema Solar estaba en el lugar adecuado frente al chorro de energía», explica
Andrew Levan, autor principal del estudio.
Por sus características
únicas, los investigadores creen que este desastre cósmico puede arrojar luz
sobre la naturaleza de los grandes agujeros negros y los procesos por los
cuales se forman las galaxias. El origen de los GRB es uno de los grandes
misterios a los que se enfrenta actualmente la Cosmología.
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