La nave espacial Messenger de la NASA , la primera en órbita
alrededor de Mercurio, ha obtenido nuevas imágenes en alta resolución
de la superficie del planeta, el más pequeño y próximo al Sol del Sistema
Solar.
El trabajo de la sonda, que
sobrevuela este enigmático mundo de aspecto infernal desde el 18 de marzo,
ha proporcionado a los científicos importantes pistas sobre el origen y la
historia geológica del planeta y ha ofrecido algunas sorpresas.
Desde hace tres meses,
Messenger ha enviado decenas de miles de imágenes que muestran las
características de Mercurio, pero estas sonlas primeras que tienen una alta
resolución. La sonda ya había detectado con anterioridad misteriosos depósitos
brillantes en forma de parche en el suelo de algunos cráteres, un rasgo que
definía el rostro del planeta, pero del que poco se sabía y cuyo origen era
desconocido.
Ahora, las fotos en alta
resolución han revelado que estos depósitos irregulares son conjuntos de
hoyos que varían en tamaño desde unos cientos de metros a varios kilómetros de
diámetro. Estos hoyos están muchas veces rodeados por halos de un material
reflejo y se encuentran en los picos y los bordes de los cráteres. «Son
diferentes a todo lo que hemos visto antes en Mercurio o en la Luna », reconoce Brett Denevi,
científico del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns
Hopkins en Laurel (Maryland, EE.UU.) e investigador del equipo encargado de
analizar las imágenes de Messenger. Los científicos todavía no tienen claro
cuál su origen, aunque creen que son relativamente jóvenes.
Cráteres en la sombra
No ha sido la única
sorpresa. Hace dos décadas, radares con base en la Tierra descubrieron cerca
de los polos norte y sur de Mercurio en los que se creía que podía haber agua
helada. Ahora, la nave ha confirmado que los cráteres del polo norte de
Mercurio tienen una profundidad suficiente para que nunca hayan recibido
la luz del Sol y los depósitos de su interior se encuentran
permanentemente en la sombra.
La sonda también ha recogido
numerosas mediciones de la composición química y la topografía de la superficie
del planeta. Los datos confirman que los estallidos de partículas energéticas
en la magnetosfera deMercurio son la consecuencia de la interacción del
campo magnético del planeta con el viento solar. Además, se han detectado grandes
cantidades de azufre en la superficie, lo que puede haber contribuido a un
explosivo pasado marcado por la actividad volcánica.
«Estamos ajustando una
visión global de la naturaleza y el funcionamiento del planeta por primera
vez», ha explicado el investigador principal de Messenger, Sean Solomon.
«Tenemos que dejar a un lado muchas de nuestras ideas anteriores mientras las
nuevas observaciones conducen a diferentes puntos de vista», ha añadido. El
planeta sigue plagado de misterios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario