
Habitantes de ese sector del municipio Mariño conviven entre aguas negras, basura e inseguridad. Las enfermedades respiratorias están a la orden del día, especialmente en niños.
Los vecinos de La Isleta II se van a dormir con el temor de que al despertarse las aguas negras corran por sus casas y ocasionen algo más que perdidas materiales.
La posibilidad de que todo el sistema de cloacas colapse es inminente. Los ríos de aguas negras que corren por varias calles del sector del municipio Mariño se unen y forman una verdadera piscina.
Delia Martínez, residente de la zona, señaló que el sistema de aguas está destruido y cuando llueve o llega el agua las cloacas inundan las calles. Detalló que con la llegada del suministro de agua las boca de visita se desbordan y entran en varias casas.
“Las aguas negras no funcionan y los pozos que se forman son criaderos de moscas y mosquitos que atentan contra la salud de la comunidad”.
Douglas Alvarado, habitante, comentó que los ríos de aguas negras ya dejan su marca en el pavimento y que la mayoría de los huecos fueron hechos en los intentos por reparar el sistema de cloacas.
“Todos los habitantes sufrimos de problemas respiratorios o por el fuerte hedor de las cloacas o el constante polvo que llega a nuestros hogares. Los niños son los que más sufren”.
Inseguridad
Los vecinos de La Isleta II afirmaron que la falta de presencia policial es propicia para que ciertas personas mantengan azotada la zona.
Delia Martínez señaló que algunas calles son seguras y en otras no se pueden ni caminar.
Douglas Alvarado denunció que los vecinos que se descuidan son víctimas del hampa y la violencia se incrementó desde hace tres años.
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