Antes de convertirse en un destino turístico, a Pampatar se le conocía como un pueblo de pescadores. Es un lugar en el cual se aprecia -a cualquier hora del día- a los hombres de mar en plena faena pesquera, una labor que encanta a quienes por allí se dan una pasada.
Enclavado en el municipio Maneiro, Pampatar se ha convertido en uno de los destinos turísticos más visitados en la Isla. Y es que este eterno pueblo de pescadores, hoy combina sol, playa, gastronomía y vida nocturna.
La riqueza de esta pintoresca aldea radica en la calidad humana de sus habitantes; gente humilde y trabajadora que recibe con amabilidad a todo aquel que por allí se da una vuelta. Tal y como lo hacen los pescadores, quienes no dudan en ofrecer parte de la captura con los visitantes. Al parecer, es una especie de ritual para dar gracias por los alimentos conseguidos durante la jornada del día.
Ubicado en un cabo que se sumerge y orienta la mirada hacia las aguas del mar Caribe, Pampatar se ha convertido en el lugar de residencia de múltiples culturas.
La belleza de su entorno ha atrapado tanto a propios como extranjeros. Lo que ha influido en la personalidad de su estilo arquitectónico, en el que destacan materiales rústicos y artesanales, que dan un aire entre colonial y moderno.
Encantos
Una de las principales atracciones de este lugar es el castillo San Carlos de Borromeo, ubicado frente a la hermosa bahía pampatarense. A diario se aprecian visitantes de todas partes.
La visita se permite de lunes a domingo, de nueve de la mañana a seis de la tarde. En esta edificación se hace un viaje al pasado, en el que se logra conocer y revivir los hechos históricos que allí sucedieron.
El baluarte representa la arquitectura militar de la época, con una construcción de tipo regular y cuatro casillas de observación en sus esquinas.
Para disfrutar de una mezcla de historia y mar está el Fortín de la Caranta, primera fortificación que se levantó en Margarita, según los relatos de la historia.
Allí aún se aprecian restos de piedras, cañones y una vista general de toda la bahía. Desde las alturas, también podrá observar la puesta del sol y los atardeceres margariteños. La zona está iluminada y limpia, agradable para la visita.
Al igual que en el resto de los pueblos de Margarita, en Pampatar la religiosidad es un valor que está muy sentado dentro de su tradición cultural. Por ello, en mayo, veneran al Santo Cristo del Buen Viaje, una celebración a la que acuden cientos de feligreses de todos los rincones del país.
Durante todo ese mes se realizan festividades para honrar a “El Viejo”, como se conoce a la imagen, que llegó a Pampatar hace cientos de años. La iglesia donde se encuentra la efigie religiosa posee una apariencia colonial y está ubicada frente al castillo San Carlos de Borromeo.
La gastronomía es un verdadero deleite en esta zona de la Isla. Predominan los platos hechos a base de productos del mar; como el pescado frito, sopas, asopado, fosforera, paella de mariscos, crema de guacuco y arroz a la marinera, entre otros.
Los restaurantes son sencillos, pero la sazón es exquisita. Los precios van de 70 a 150 bolívares por persona. Depende de la exigencia.
Se puede comer a la orilla del mar. O si lo desea, puede adquirir los productos frescos y llevarlos a casa. Al final de la playa están varias pescaderías que ofrecen productos a buen precio.
La zona más recomendable para darse un baño en la playa es por las cercanías del Fortín de La Caranta. El agua es cristalina y no es tan profunda. Ideal para ir con los pequeños de la casa.
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