
De acuerdo con la
tradición religiosa de nuestro país, la Virgen del Valle es considerada como la patrona
del oriente de Venezuela, siendo venerada con especial devoción en la isla de
Margarita. Cada 8 de septiembre se celebra su día, fecha en la que acuden miles
de peregrinos a venerarla en su santuario ubicado en el Valle de Margarita,
cerca de Porlamar. Las festividades duran varios días y, en cada uno de ellos, la Virgen luce un bello traje
diseñado con las telas suministradas por sus devotos.

En los inicios de la
conquista los españoles fundaron en la isla de Cubagua, la ciudad de Nueva
Cádiz. En poco tiempo dicha ciudad creció vertiginosamente derivado de la
extracción de perlas que abundaban en sus mares. Durante este período los
habitantes de Nueva Cádiz encargaron a España una imagen de la Inmaculada Concepción
para poner la ciudad bajo su protección. La imagen llegó a Cubagua en el año
1530, pero pocos años después, el 25 de diciembre de 1541, un huracán arrasó
Nueva Cádiz y con ella la iglesia donde estaba la imagen de la Virgen. Al salvarse
milagrosamente la imagen de la
Virgen , los pobladores de Cubagua decidieron ponerla salvo de
nuevos cataclismos, llevándola en 1542 a una hacienda en El Valle de la Isla de Margarita, donde le
construyeron una pequeña ermita. Con el paso del tiempo el lugar dio el nombre
a la imagen, que comenzó a llamarse la Virgen del Valle.


En el año de 1608, la isla
de Margarita experimentó una gran sequía. Por tal motivo, los margariteños
decidieron sacar la Virgen
y llevarla en procesión hasta la Asunción. De acuerdo con los testimonios que se
tienen de la época, en el momento en que la procesión llegó a esta ciudad, el
cielo se ennegreció y pronto comenzó a precipitarse una fuerte lluvia sobre
toda la isla. Además del relato anterior, existen varias leyendas sobre la Virgen del Valle. Según una
de éstas, la imagen de la
Virgen fue pintada por los ángeles que se la llevaron a los
indios para que ella los protegiera de los abusos de los conquistadores. Unos
guaiqueríes la encontraron sobre unos matorrales y se la llevaron a Palguarime
para construirle allí una capilla. No obstante, al poco tiempo la Virgen apareció nuevamente
en el sitio donde se le había encontrado. Finalmente, los indígenas entendieron
que era allí donde quería la
Virgen ser venerada y le construyeron una capilla que con el
tiempo, se habría de transformar en el santuario de hoy. Según otra leyenda, la Virgen estuvo al lado de
los patriotas en la batalla de Matasiete, durante la guerra de Independencia.
En este sentido, ella animaba a los patriotas y curaba sus heridas, por lo que
también se le conoce como la Virgen Patriota.
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